LAS MEJORES PELÍCULAS COREANAS QUE KOREA.NET RECOMIENDA VER
15.04.2014
¿Cuándo se considera que llegó por vez primera el cine a Corea?
Si bien en relación con lo anterior no hay aún consenso, se puede afirmar justificadamente que para 1903 ya se proyectaban públicamente películas en las principales ciudades coreanas, si bien en algunos casos de manera esporádica. En ese entonces, a la gente le provocaba mucha curiosidad ese nuevo invento conocido como “película”, pues a decir del público “las imágenes se mueven solas.
En 1910 se construyó en un barrio de Seúl el primer cine de Corea. Se trataba de Gyeongseong -con muchos residentes japoneses- omo se le conocía en ese entonces. En 1912, en el cine Wumigwan en Jongno-gu dio inicio la proyección regular de películas. Sin embargo, hasta la década de 1920 las películas que se proyectaban en esta sala de cine eran en su mayoría extranjeras, procedentes de Hollywood y Europa. Finalmente, en 1919 se proyectó la película Fight for Justice," [“Lucha por la justicia”] o "Uilijeog guto", el primer film de Joseon, hito que señala el nacimiento de la industria cinematográfica de Corea.
El Archivo Cinematográfico de Corea (KFA, por sus siglas en inglés) dio a conocer hace poco una lista con cien de las más destacadas películas coreanas. Esta lista se obtuvo mediante un estudio realizado en 2013 para festejar el centenario de la industria fílmica coreana, y ver con una mirada retrospectiva ésta. El estudio fue realizado por 63 críticos, directores, productores, agentes de cine y personas relacionadas con la industria del cine. En dicho estudio se abordaron diversos géneros y épocas, desde los primeros años del cine coreano hasta 2012. Entre los aspectos que se tomaron en cuenta para la evaluación figuran el grado de conocimiento del público de una película en la época del estreno de ésta; el que una película reflejara aspectos sociales propios de un momento determinado; el grado de influencia que tuvo una película en función de su tema, argumento y tema, así como la publicidad obtenida tanto del público en general, como en festivales de cine.
Ver estas cien películas de una en una consumiría ocho días y ocho horas. Con base en la lista elaborada por el KFA, Korea.net presentará durante las próximas semanas algunos de los filmes de esta lista que recomienda ampliamente ver. Ello ayudará al público a entender mejor a la sociedad de nuestros días, y el mundo en el que vivimos. Por cada película se ofrece la sinopsis respectiva, así como una breve reseña realizada por un crítico profesional.
En este primer artículo, se presenta la película "Pietá" (2012), obra que marcó el inicio de una nueva era en la industria fílmica. Esta cinta obtuvo el León de Oro en el Festival Internacional de Venecia de 2012, el más alto reconocimiento que se otorga en este evento.
Pietá (2012)
Dirigida por Kim Ki-deok
La cinta "Pietá" (2012) gira a en torno a la vida del asesino a sueldo Kang-do, personaje interpretado por el actor Lee Jeong-jin, quien se gana la vida de manera muy cruel, trabajando para un prestamista usurero. Kang mutila miembros del cuerpo de los deudores, pues de esta manera puede cobrar el seguro por accidente de los afectados. Un día se topa con una mujer que insiste en que es nada menos que su propia madre. Al principio, el sicario no cree lo que le dice la mujer, ni tampoco la deja entrar a su casa. La mujer merodea la casa del gánster, a pesar del cruel abuso y maltrato de éste. Kang empieza a ponerse nervioso, y con el paso del tiempo se va animando a probar si lo que dice la mujer es verdad. Obliga a ésta a comer un trozo de carne que él rebanó de su propio muslo, a lo que accede y realiza la mujer. Finalmente, él acepta que se trata de su madre.
A partir de ese momento, la vida del sicario empieza a cambiar. De repente siente compasión por un deudor que está dispuesto a aceptar de buen grado quedar minusválido si ello le vale para salvar a su bebé. El gánster empieza a sentir conmiseración por sus víctimas. En ocasiones, le compra regalos a su madre. Kang experimenta amargura al ver a un deudor cometer suicidio. El cruel ejecutor empieza a sentir “temor” de que su madre pueda ser víctima de una venganza orquestada en su contra. Por lo tanto, considera que es momento de poner fin a ese juego que es la usura prestamista.
Sin embargo, un día desaparece la madre de Kang; en realidad, ésta finge que fue secuestrada. El personaje principal busca por todas partes a su madre, y hace visitas a los posibles sospechosos. Durante su búsqueda, va a ver gente que vive en condiciones lúgubres, todos ellos víctimas en el pasado de la crueldad de este hombre, afectados por lo que fue su crueldad. Uno de ellos quedó inválido y tiene que vivir así de por vida. Una familia vivía en duelo permanente por el fallecimiento de uno de sus miembros. Asimismo se encuentra con una persona que lo maldice todos los días.
Kang-do nunca logra localizar a su madre, en ningún lugar. Posteriormente, en la película el público se entera de que la mujer no es su madre. Es la madre de un hombre que se mató en uno de los salvajes ataques de Kang. En secreto, la mujer tiene la intención de que Kang sienta el dolor que es ver morir delante de sí como muere un ser querido. Para lograrlo, la mujer finge haber sido asesinada al dejarse caer desde el techo de un edificio abandonado ante los ojos de Kang. En ese momento, la mujer que se pensaba que era su madre es empujada del edificio, para finalmente encontrar la muerte. La mujer empujó y causó la muerte de la “madre” de Kang y que aparece de repente en el edificio es la madre otra víctima que fue asesinada por Kang-do. El ex sicario entierra el cadáver su “madre”, y en la escena final se mata.
Comentario del crítico de cine y director Jeong Seong-il
En uno de los días más fríos del invierno, Kim visitó el Arroyo de Cheonggyecheon, en el centro de Seúl, lugar en el que transcurrió su juventud como trabajador manual. Sólo que en esta ocasión se encontraba ahí para filmar una película. Ese día, estaban presentes unos cuantos actores y el equipo de filmación, entre ellos el actor protagónico, Lee Jeong-jin, y la actriz Jo Min-su, así como dos cámaras digitales, las cuales fuero manejadas por uno de los empleados del equipo y el mismo director Kim. En la actualidad, la vieja área de Cheonggyecheon está desapareciendo poco a poco. Las viejas y tortuosas callejuelas de este barrio son como un laberinto y uno se puede perder fácilmente. Para Kim, Cheonggyecheon es una selva que poco se está esfumando. Y todos los que viven ahí deben atenerse a una ley: la de la selva.
La historia inicia justo ahí, en esa “selva”. Trata sobre un inmisericorde sicario al servicio de un prestamista y sobre una mujer que insiste que es la madre de este gánster. En realidad no lo es, sino es alguien que teje una trama para vengar a su hijo, quien fue asesinado por el matón. Al principio Kang-do no le cree a la mujer, sin embargo sentía la necesidad de creerlo. Por su parte, en el fondo ella quería convertirse en su madre. En esta parte de la película entran en conflicto los conceptos de “creencia” y “deseo”. Todo se complica cuando hacen su aparición los nuevos conceptos de “venganza “y “traición”. Kim mueve las piezas de este despiadado juego, y presenta diversas facetas de la “falsa madre” y del “falso hijo”. Kan-do llega a tener lo que nunca antes tuvo, pero lo pierde en cuanto eso llega a su vida. La madre recupera lo que le fuera arrebatado, un hijo, pero a la vez debe deshacerse de él de inmediato. Ambos se dan cuenta de que el peso de la responsabilidad destruye los papeles que deberían haber desempeñado. Una vez hecho el nudo imaginario que representa la “familia”, a los dos protagonistas se les dificulta distanciarse uno del otro. El juego se detiene aquí y, con él, un resultado inevitable, algo similar a la teoría filosófica de la “armonía preestablecida”. A ellos solo les queda una opción para romper con el círculo vicioso. Tienen que borrar su propia existencia. Sin embargo, queda pendiente la respuesta a la pregunta: ¿en dónde está el “poder redentor” que los podría salvar a ambos?
Y entonces llega el final, tal como lo concibió Kim Ki-deok. En vez de poner fin a esta ficción familiar el autor se decide por sacrificar a los dos protagonistas, pues han caído en la trampa que ellos mismos hicieron.
Alguien tendría que caer desde una elevada altura. El otro tiene que cortarse los dedos intencionalmente con una máquina. Las últimas confesiones y palabras de los personajes se repiten una y otra vez a lo largo del filme.
"Pietá", sería la película de este director en la que más se habla. Lo que se dice en una ocasión, se repite una y otra vez. En comparación con sus obras anteriores, como "Bad Guy" (2001), que apenas tiene guión, esta cinta representa un giro considerable. Las palabras no explican nada. Es como si durante los últimos minutos, cuando piden piedad. ¿Aquellas palabras que hirieron e hicieron orificios por todas partes en ese mundo realmente pueden traer la piedad? La respuesta no es muy alentadora.
La (falsa) madre tiene demasiada suerte para llevar a cabo su plan, el cual ocasiona que todo se destruya. Al conocer el plan en su totalidad, Kang-do, se entera de mucho más. Finalmente, conoce la verdad.
El público debe poner atención en otros aspectos de la realidad que también se gestan aquí. La historia se desenvuelve de una manera muy cruel, pero el público nada puede hacer en relación con la conducta de los protagonistas, sólo sentarse y mirar con resignación, testigos de una crueldad para la que no se puede hacer nada. La salvación está ahí, haciendo acto de presencia. Soy cruel y no puedo hacer nada al respecto, entonces hay que tomar una decisión. Es el único regalo que les tengo preparado.
Kang-do muere al final de la cinta. Lleva puesto un suéter que su falsa madre compró para su verdadero hijo. El protagonista se coloca debajo de un camión de carga. Alrededor del cuello se sujeta una cadena, la cual está unida a la parte inferior del vehículo. El camión es propiedad del vecino de Kang-do, quien al inicio de la película es amenazado éste. El conductor de camión, quien no sabe absolutamente nada sobre lo que está por ocurrir debajo de él, arranca a alta velocidad conforme en el horizonte va amaneciendo. La sangre que mana del cuerpo de Kang-do moja la tierra y brota sin cesar. En la escena final suena el himno “Cordero de Dios”
Cordero de Dios
Que quitas los pecados del mundo
Ten piedad de nosotros
Cordero de Dios
Que quitas los pecados del mundo
Danos la paz
La película nos dice que no hay ni resurrección, ni redención. La búsqueda de éstas es una empresa fútil. Posiblemente quienes llegan a darse cuenta de cuáles fueron los errores cometidos son el director, la falsa “madre”, Kang-do, así como el público.
De no haber falla alguna, ¿cómo podría la gente vivir en un mundo en el que no hay posibilidad de salvación? En este mundo está presente las acciones patéticas y lastimosas, como la última oración que se pronuncia. Nuestros actos, ¿podrían traer consigo piedad o paz? Nadie tiene la respuesta a lo anterior.
"Pietá" es una película que se puede considerar como muy extraña y excéntrica, a la vez que está llena de amargas emociones. A esta historia se le puede asociar con la espera para la llegada del Mesías, la llegada de la salvación para el alma.
En mi opinión, si bien "Pietá" no es la mejor obra de Kim, sí es la más madura.
Reseña realizada por Jeong Seong-il, crítico y director de cine
* La realización de esta serie de artículos fue posible gracias a la cooperación del Archivo Cinematográfico de Corea
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